Desde ayer, el obrador de Paco pastel homenajea a San Isidro.
Las tradicionales rosquillas del Santo, en versión tonta o lista, según los gustos,
surgen de las diestras y sabias manos de nuestro padre, quien amasa, formatea y hornea,
con la misma destreza de hace 40 años.
Rodeado de un equipo que trabaja a la velocidad máxima que un artesano alcanza
y respirando los aromas del azúcar, el tostado y el buen gusto, las realiza como rosquillas.
Nunca mejor dicho.
Disfrutarlas este puente!!
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